30 agosto, 2012

La importancia de llamarse absurdo


Anoche soñé que desayunaba en otra ciudad,

y que ésta no dormía, que París retumbaba de risa

a las dos de la mañana y que el río se desperezaba lento

como un gato que no sabe muy bien donde está.

En el ensueño se encuentran a menudo

los días azules de los que hablan las canciones,

esas que cantan los fantasmas que te llenan con su voz

y te hacen retroceder cinco años en el tiempo.

Guárdame el secreto, por favor,

tengo adicción a los conciertos

y la verdad es que estoy dispuesta a viajar

allá donde la música me llame,

aunque tenga que tocar en la calle para pagar el viaje.

Será ligero mi equipaje,

sólo dos botellas de vino, cigarrillos y un vaso de licor,

lo que tenga, se comparte,

es mi forma de celebrar la comunión.

Merlín puede acompañarme.


29 agosto, 2012

Personaje de viejas canciones en días templados


Menuda mierda de director,

ya intuía nada más nacer

que me iba a dar el papel equivocado.


Estoy cansada de ser la sal de la herida

pero también el ungüento que cura otra

o la saliva hasta volver a ser la sal,

y así hasta el infinito.


Después de debutar en varias obras de teatro

aún busco mi argumento y tal vez

vaya a morir sin conocerlo.


Que no me inquieta.


Siempre vengo con mil frases aprendidas

de los libros que llevé bajo el brazo cuando niña

esperando con paciencia aplicarlas

a una realidad que nunca llega,

y que al darme alcance me dé cuenta

de que se deshacen y quedan en nada.


Y tú,

¿tú inventarías frases para mí?

Ya ves que no tengo escudo.


Y me encierro a cal y canto

entre las paredes del pensamiento

como si no hubiera nada más allá de este cuarto,

alejándome de ti como si huyera del diablo

para llamarte asustada a las dos de la mañana

desde mis sueños.


Pero qué voy a hacer, salvo mirarte,

soy demasiado cobarde para decirte

que eres para mí un acantilado

y sé que si voy a por ti

en el salto puedo matarme

y por eso no lo hago.


27 agosto, 2012

Anuncio por palabras






Guapa esquizofrénica busca lavavajillas simpático para intercambiar pastillas.






26 agosto, 2012

Ni de izquierdas ni de derechas


Hay personas de mi generación -y algo más mayores y pequeñas- que suelen decir que no son ni de izquierdas ni de derechas. Lo que realmente quieren decir es que no son ni del PP ni del PSOE, pero han sido educadas en que la derecha es el PP y la izquierda el PSOE y no ven más allá -ese ha sido el juego del sistema y hasta hace poco he escuchado pocas protestas acerca de ello-. Si te sientas a hablar con ellas, sueles descubrir que en la mayoría hay ideales de izquierdas, pero no saben identificarlos como tal porque NADIE LES HA ENSEÑADO QUÉ ES LA VERDADERA IZQUIERDA. No todas las personas saben que lo de "ni de izquierdas ni de derechas" fueron palabras del dictador Primo de Rivera por la pésima educación recibida, y sí, hay personas que juegan con ello al equívoco, no digo que no, y son la ultraderecha camuflada en una aparente tibieza política, pero sinceramente no creo que sean mayoría y mucho menos lo representativo. Y yo pregunto: ¿cómo queremos una juventud de izquierdas plenamente consciente de ello si los más mayores no sólo habéis permitido en muchas ocasiones -no en todas- que se le llame democracia a una continuación encubierta de la dictadura sino que, además, ni siquiera nos habéis hablado acerca de lo que vivisteis en aquellos años aciagos? ¿O esperábais sinceramente que en el colegio y el instituto nos dieran verdaderas clases de Historia y nos volviéramos revolucionarios de la noche a la mañana, cuando se ha procurado por todos los medios "acomodarnos" al sistema incluso desde la propia familia y que no rechistáramos? Si hay una clara ruptura generacional en cuanto a información, ¿cómo esperáis que parte de la juventud no esté realmente confusa? Y que desde los sectores de izquierda se los tache directamente de fascistas no creo que sea una buena solución para darles la bienvenida a los más jóvenes. A lo mejor es un buen momento para sentarse a hablar y que la verdadera izquierda dé un paso al frente. Claro, que si depende la cosa de gente como Valderas o Cayo Lara vamos de cráneo... pero recordad, cuando alguien diga -sobre todo si es joven- que no es de izquierdas ni de derechas es muy probable que tal vez no tenga ambas nociones demasiado claras y no hace falta llamarlo falangista. Todos hemos visto la permisividad "progresista" en cuanto al retroceso de los derechos sociales año tras año y la tibieza sindicalista si se jugaban unos cuantos liberados o una suculenta subvención... Por eso hay personas que no quieren marchar con ellos en las manifestaciones y por eso el 15M al erigirse como movimiento exclusivamente social y declararse apartidista -a pesar de reivindicar posturas claramente de izquierdas- ha tenido éxito.

Es fácil de entender si vemos cuál es la izquierda visible en muchos casos... así yo tampoco me consideraría de izquierdas.

Es tarea de todos despertar a los alelados -que los hay y muchos- y quitar a aquellos dirigentes políticos de izquierdas que no estén comprometidos con los programas del partido. Si no, la gente seguirá renegando de todos esos paladines que llevan el estandarte de "izquierda" y a los trabajadores, como siempre, nos seguirán jodiendo la vida.

24 agosto, 2012

Indomables


Pareado:

No será tan malo volver a casa a las siete

si lo que queda al final son más ganas de verte.



Tengo la ligera sensación

de que algo nos pasa por la noche,

una de esas cosas que no se pueden explicar.

Nos convertimos en vampiros,

nos salen colmillos y vamos de bar en bar

para saciar nuestra sed de cerveza;

y de vida, cuando nos miramos a los ojos.


Las calles están muertas,

creo que matamos la presencia de los demás con la nuestra,

y a esas horas, salvo nosotros no queda nadie más,

y a las aceras les damos una nueva vida,

somos como el discurrir de la sangre por las arterias

dándoles a cada paso un nuevo color.


A la luna le recogen las estrellas y lo que queda

se parece a tu sonrisa.

Donde hubo jazz quedan fuegos fatuos

sólo que los nuestros son rojos y se entrecruzan

y titilan y se estrellan los unos contra los otros

mientras suena la misma música con la que danzan los planetas,

o eso creo yo.

Lo proyectas en mí y dirás lo que quieras,

pero ambos somos igual de caóticos

solo que tú lo disimulas mucho mejor.


Me electrizas y me enciendes,

y entonces ilumino la oscuridad del asfalto

y no me hace falta nada más para continuar

que el silencio de tus pasos susurrándome al oído

que haces parte del camino junto a mí.


No sé a dónde nos llevará

esta retroalimentación fatal que nos pierde

y que como el aire invita a respirar,

nos ayuda a crecer, como la tierra,

y ahora eres grande y soy yo pequeña

y unos segundos después, viceversa.


Si miro hacia atrás una y mil veces

es porque quiero volverte a encontrar

bajo la esperanza de que una de estas noches

yo me detenga y vea que vuelves.

Entonces no tendré que marcharme para volver a verte

y podremos continuar.

Hasta ese día he de ser paciente,

sé que no ha de haber ninguna casa a la que regresar,

tal vez ni siquiera estemos en esta ciudad

o no haya nadie que nos espere.


Una parte de mí se va contigo cuando te vas

al bifurcarse nuestros caminos,

y tengo entonces un único deseo:

que no te vayas y si lo haces

no sea muy lejos, ni por mucho tiempo.



23 agosto, 2012

Antídoto para la impaciencia

El placer requiere su tiempo.
Dedicado a quienes saben buscar más allá
de la satisfacción inmediata.
Los verdaderos héroes de esta época de prisas
donde sólo hay tiempo para perder el tiempo.



Por qué buscas textos breves,

si sentir un leve vuelco en el corazón

o una dolorosa punzada no es comparable

a tomar entre las manos

un texto lleno de oraciones, ahíto,

lo suficientemente extenso

para poder hacerte con él una manta

que te abrigue por las noches

o morir lentamente

bajo el peso de sus palabras.


21 agosto, 2012

Malos despertares

Hay una serie de cosas que cualquier persona que me conozca mínimamente y no quiera morir en mis manos sabe, y que, sin embargo, en casa de mis padres se "olvida" cuando quieren.

La primera es que no se me despierta con un fogonazo de luz en los ojos. Simplemente porque creo que es algo que no se debe hacer ni conmigo ni con nadie. Me parece algo básico y no muy difícil de entender. La segunda es que no se me llama por teléfono a horas intempestivas. En verano, hora intempestiva es cualquier hora antes de las diez de la mañana, a menos, claro, que se trate de una urgencia.

Si la primera mañana que amanezco en casa de mis padres, lo primero que tengo es a mi hermano encendiendo la luz de repente y sin avisar... bueno... ganas de matar aumentando. Porque eso me jode, mínimo, los primeros veinte minutos del día y si me pilla sensible, puede que toda la mañana. Si dos minutos después suena el teléfono como un hijo de puta, la cosa no mejora y más si soy yo la que tiene que ponerse al auricular. Normalmente no me gusta hablar por teléfono, todavía menos cuando sólo llevo 2 minutos despierta y se me ha metido el ring ring de los cojones en el oído. Tener una sensación desagradable de luz y sonido en los dos primeros minutos de la mañana es algo nefasto para mi humor.

Si después llaman una segunda y una tercera vez por teléfono, con una media de minuto y medio entre ambas llamadas, es ya para coger un cuchillo y liarme a puñaladas en cuanto salga a la calle.

Y es que en este mundo el motivo por el que las personas somos tan malas y estamos tan encabronadas es porque no nos dejamos vivir las unas a las otras. Partiendo de que la gran mayoría de las personas se levanta a diario entre las 6 y media y 8 de la mañana -es decir, tiene un horario de mierda-, mal. La gente cuando duerme poco o tiene que levantarse temprano por obligación, se vuelve hostil. Y si encima es algo normalizado como una forma de horario estándar para la población, es un montón de hostilidad acumulada durante años. Bien, pues pensad encima que esa gran parte de la población apenas folla y cuando lo hace, no suele hacerlo bien. Tenemos personas hostiles con las respectivas gónadas hinchadas, todas juntas, todas puestas las unas con las otras y revueltas en un maremágnum de prisas, habiendo sido además educadas desde la infancia para molestarse las unas a las otras sin tener ningún respeto por alguien que esté más allá de ellas. Luego nos extrañamos cuando hay un asesinato y nos llevamos las manos a la cabeza: pero... ¿mató a su padre? ¿por qué?/ ¿mató al primer desconocido que vio en la calle? ¿por qué? / ¿mató al perro de su vecino? ¿por qué? Pues porque esa puta persona aguantó demasiado, aguantó, aguantó y aguantó y estalló. Lo peor es que esa persona probablemente no es una enferma siquiera. Es una persona normal, que ha ido acumulando, una a una, todas las putadas del sistema en el que le ha tocado vivir. El sistema está hecho para psicopatizar a la gente. Lo que no sé es como no hay más casos de asesinato a diario. Con ese cóctel de circunstancias, lo raro es todo lo contrario. Claro, que por eso hay muchas formas de psicopatía, pero esa es otra historia.


Cuando era pequeña yo me levantaba feliz, con una sonrisa en la boca y pensando en qué haría ese día. Cuando me despiertan con un fogonazo en los ojos y tres llamadas de teléfono con ese molestísimo ring ring de los cojones, que parece hecho a posta para que te entren ganas de estrellar el teléfono, no me dejan la posibilidad de levantarme bien. Luego me dicen mis padres que me despierto de mala hostia, joder, normal. Normal que pasado un tiempo lo haya interiorizado y me levante de mala hostia por defecto. Si es que me han terminado volviendo así, porque o era eso, o matar a quien fuera que me estuviera molestando. Al menos así ya voy preparada por si tengo que gruñirle a alguien.

Los teléfonos son un invento del diablo. Seguro que lo hicieron a mala leche: eh, ¿veis ese hombre que está tan tranquilo en su casa? Le vamos a meter un aparatito que suene como un endemoniado cada vez que alguien quiera decirle algo o hablar con él, independientemente de si está comiendo, durmiendo la siesta o follando con su mujer. De hecho en la actualidad ya es la polla con cebolla, porque encima descuelgas y: Hola, le llamo de Movistar para ofrecerle nuestro servicio de suicidio asistido por teléfono, además le regalamos un iPod 3 totalmente gratis si contrata nuestro servicio antes de finales de Agosto. El teléfono móvil por fortuna se apaga, pero un teléfono fijo sobre todo cuando no estás en tu casa no puedes apagarlo, como mucho desconectar el cable, pero entonces la lías. Por lo tanto, dejas el teléfono como está ¿y qué tenemos? Tenemos un aparatito que puede sonar cuando le dé la gana y que te hace tener que mantener una conversación cuando a lo mejor a ti no te apetece, porque si no: ¡Oye! ¿Por qué no coges el teléfono?


Yo no pido nada complicado, simplemente quiero que no me molesten. ¿Te gustaría que te despertaran con un ruido fuerte o con un fogonazo de luz? No, ¿verdad? Pues a mí tampoco. ¿Te gustaría que te lanzaran a una piscina llena de pirañas? No, ¿verdad? Pues a mí tampoco. Es sencillo de entender.

No hablo ya si quiera de que me traten de forma agradable, hablo de algo más básico: que no me molesten.


Las personas tienen la mala costumbre de pulular por ahí sin tener en cuenta la presencia de las otras. Por eso te atropellan al subir al autobús, mantienen una conversación a tu lado con un volumen que nada tiene que envidiarle a un avión supersónico, no respetan las distancias personales y cualquier desconocido tiene licencia para echársete encima... Encima, en casa, la confianza da asco.

¿Sabéis lo que hace una persona cuando entra en la misma habitación donde está otra? Le roba el oxígeno. Que tontería, ¿no? Pues no. Le roba el oxígeno, el oxígeno vital. Porque tú tienes una habitación, con su oxígeno todo para ti y el hecho de que otra persona se te acerque hace que el oxígeno que te corresponde se quede en la mitad. En la calle pasa lo mismo. Por lo tanto, debería pedirte permiso para compartir tu oxígeno o esperar a tu invitación para hacerlo. ¿Quieres compartir tu oxígeno? ¿Lo quieres compartir con esa persona en concreto? Porque a lo mejor no. A lo mejor ni quieres compartir tu oxígeno, ni tu tiempo, ni tu silencio. A lo mejor quieres que te dejen en paz, con tu horario, tus planes y tus cosas, y no quieres ruidos, ni que te hagan preguntas, ni tener que estar pendiente de alguien.

A lo mejor no quieres funcionar con un horario que no sea el tuyo, o que te despierte el ruido de la televisión o un fogonazo en la cara, o no tienes ganas de coger el teléfono. Pero como digo, las personas nacen predispuestas para molestar a los demás y pocas veces piden perdón y mucho menos permiso para hacerlo.


A todo esto, yo sólo quiero por ahora que no me despierten de forma brusca porque esto es lo primero que escribo por la mañana, hasta la punta del clítoris de todo, y el día sólo acaba de empezar.

20 agosto, 2012

Antes del café


El edulcorante que se utiliza para el café es cancerígeno. En cambio, el azúcar engorda. A esto nos lleva la sociedad moderna y la alimentación industrial: a tener que elegir cada mañana entre infarto de miocardio o cáncer.

***

Claro, que también puedes disfrutar de la vida como del café, tal cual es, sin aditivos. En tal caso, sin duda desearía que esa hipotética vida terminara cuanto antes. Tal vez los aditivos forman parte de la vida, aunque nos maten. Lo suficiente como para que sin ellos no queramos vivir.

17 agosto, 2012

Autorretrato, de ellos


Ella estaba sola en el mundo.

Sus ojos, su boca azul.


Eran tan fácil verla a ella. Sólo a ella, tal cual, sin nada más a su alrededor.


Pocas veces hablaba de su familia y cuando lo hacía, siempre parecía que era una historia que le había pasado a otra. Era difícil imaginarla teniendo una infancia como todos los demás. Costaba preguntarle cuál era el sabor de su helado favorito, la marca de su perfume, porque daba la impresión de que no tenía, de que era imposible que tuviera algo como eso.


Ella estaba sola en el mundo.


Tenía que tener -y lo tenía- un origen, un principio, un camino por el que vagar, un final; un pasado, un presente y un futuro. Un recorrido lógico y manejable que la hiciera ser tal cual era. Tan llena de sueños, de proyectos, pero por fuera no se veía nada de eso. Como si no tuviera. Como si no pudiera tener.

No tenía edad, acaso la tienen las hadas, parecía que simplemente brotaba del suelo cuando la llamabas y uno no terminaba nunca de saber del todo cómo comportarse con ella.

Los que la conocíamos sabíamos que tenía un trasfondo, una imagen tal vez más sublime o más depravada de la que ofrecía a simple vista. Pero callábamos y la veíamos sonreír, o llorar, o quejarse por cualquier motivo de suma o nula importancia y parecía que siempre había estado allí, que siempre había sido así y que no iba a cambiar nunca, que no podría cambiar nunca; tal era la seguridad de eterna permanencia que transmitía.

Y la veíamos crecer día a día, pero nunca terminaba de hacerlo. Como un ser que se metamorfosea continuamente sin llegar jamás a un estado definitivo.


Mirarla significaba olvidar todo lo demás. Verla sólo a ella. Sin contexto, sin fondo, sin historia.


Ella estaba sola en el mundo... y nosotros lo sabíamos.


15 agosto, 2012

Ser mi propia madre

De irresponsabilidades va la cosa.

Yo sé, porque a lo largo de mis años lo he comprobado empíricamente, que la gente cuando vive sola tiene que aprender a autorregañarse, y a decirse por aquí no, por aquí sí. Lo que nunca he conseguido averiguar es cómo lo hacen. Porque a ver, no se trata de convertirse en tu madre, qué horror, no podría beber cerveza estando tranquila, ni tener medio armario tirado por el suelo sin que me entrara un tic nervioso; sino de encontrar el equilibrio, ese punto medio entre el superego y el subconsciente que hace que todo fluya en armonía. ¿Cómo se convierte uno en una madre responsable pero a la vez demócrata? Un misterio. Por ahora tengo bandazos de superego y subconsciente a partes iguales.

Los manuales de Psicología Evolutiva ya me avisaban de esto cuando hablaban de los peligros de vivir con padres cuyo estilo educativo era autoritario:

Estilo autoritario:
-Normas rígidas.
-Alto nivel de exigencia.
-No existe el diálogo ni la negociación.
-Bajos niveles de afectividad.

Consecuencias en los hijos:
-Impulsividad.
-Rebeldía.
-Escaso control sin la personalidad paterna presente.
-Elevadas dosis acumuladas de frustración y agresividad.

Y ahora intento ser mi propia madre y quitarme las trabas del estilo educativo paterno. Me desfreudizo. Pero va a costar, sabe el cielo que me va a costar. Aunque tengo todo un año por delante para aprender. Como siempre, para describir los problemas siempre hay libros, para ver cómo se arreglan, no.

Estaría bien tener a mano un título: Sea responsable en 10 cómodos pasos/ Pereza, esa mala consejera / ¿Tendencia a la autodestrucción? No desespere /Por qué está mal hablar con una lata de cerveza a las 3 de la mañana.

Y así.

Soy consciente del todo inmaduro de la entrada, pero me da igual.

14 agosto, 2012

Cenicero


Enciendo una cerilla

contra el fósforo de tu corazón.

Apenas brota una leve chispa

y ya me ahogo como ella

en lo gris de tus entrañas.


Como esta música que me acompaña

yo soy azul, una breve risa

se me escapa de mis alforjas

en silencio y qué vas a decir

si todo lo que fuiste era bueno.


Tan vacía, desordenada habitación.

Qué vas a pensar, crueles palabras

tendrás para mí, me odiarás,

me buscarás como el pájaro al vuelo,

y en tus labios estallará sin remedio

todo lo que no fui para ti.


Muero por que acaricien mi pelo

está bien así, de tan dulce no me sale el amargo,

de tan amarga empalago y ahora

siento estar tan sola cuando estás a mi lado

necesito tener algo que perder

o demasiado que ganar.


Siento no leer tus poemas,

duelen tanto que lo entenderás.

Triste es no encontrarse en un verso triste,

más triste es encontrarse,

o darte de bruces conmigo en un abrazo

y que ni siquiera esté yo allí.


No le pongas rima a mis letras

yo lo quise así, el caos danza con ritmo

dentro de mí y me ayuda a dormir caliente

en mis sábanas frías.

No tienes reservada ni un poco de ternura

para mis ojos, poner tanta distancia

desde mí hasta todo lo demás es el precio a pagar

por confundir el bien y el mal.


Sólo dime que pensarás un poco en mí

cuando despiertes y algo mínimamente estúpido

te haga sonreír.


12 agosto, 2012

Dadaísmo tu puta madre


Canónigo estepario,

caléndula.

Homóplato silente

hasta el ombligo.


Plaisir.

Titilantes carromatos

estridentes asustadas

carolingias.


Inhóspito, óptica

arreglada.

Qué dolor, salir.

Anatomía

pluscuamperfecta

de supermercado.


Bisílaba

lechuza sátiro.

De la de los.

Azucenas.


Mercurio,

cántaros rabiosos.

Ignonimia.


Califato de cable.

Karma saltando al pil pil.

Quieres oír mezcolanza.

Esto no es una pipa.


10 agosto, 2012

La fábrica de hielo


Perdona si hoy despierto un poco melancólica,

si tengo la mirada perdida,

y no me encuentro en las palabras que dictas.

Suena ahora una canción de despedida,

y me identifico con la mujer alcohólica protagonista.

A mí también me gustan los personajes llenos de desgracias.


Voy buscando sin parar

palabras hermosas como perlas de mar,

las colecciono en una cajita de recuerdos

y las saco una a una en los tristes momentos

y me imagino que van dirigidas a mí.

Es suficiente motivo para sonreír.


Tranquilo, no te puedo perder porque no te tengo.

Así es como todo lo he dispuesto

para no tener que poner a nuestra historia un punto y final.

Soy una fábrica de hielo,

a veces puedo ser un buen refresco

pero a veces hielo, hielo...


Así caen los minutos sobre mí,

como cubitos de hielo.

Si te busco a deshoras no es que haya perdido la razón,

es que me duele el corazón y no sé cómo entenderlo.

Mándame besos desde lejos

ahora es todo lo que necesito para ser feliz.


Mañana vestiré falda hasta el tobillo

serán mis labios más rojos que el carmín.

Quiero que me recuerdes así,

como un impoluto angelito que baja del cielo

aunque sepas que yo no bajo, que caí,

que mi sudor es de verdad,

y que detrás de la espalda tengo las manos entrelazadas,

perdidas de barro como un alfarero.


Así soy yo, una mujer muy segura llena de inseguridad,

una niña que duda en qué momento saltar,

una cría que todavía cree en cuentos de hadas,

y desea con el alma que sean de verdad.

Si me equivoco, no me lo tengas en cuenta,

nunca he sabido qué es lo mejor para mí

me basta ir por el mundo y verte reír,

entretenerme con las historias que inventas.


08 agosto, 2012

Por eso la señorita es una vagabunda

Eso dice una canción de Sinatra que me hizo recordar hace meses una serie inconfesable que ahora no viene a cuento y que me pongo -la canción, no la serie- cuando se me va la cabeza, para reírme de mí y reafirmarme en lo que soy.

Hace mucho calor, es casi insoportable, pero este verano me está trayendo tantas cosas buenas que por momentos se me olvida. En mis años anteriores de blog, estos meses eran en los que tanto yo como mis lectores desaparecíamos. Cada uno se iba a su casa, por así decirlo, durante el verano y en paz, ya nos reencontraríamos en Septiembre, yo quejándome como suelo hacer durante este mes y vosotros leyéndome. Pero este año es diferente, este año estoy escribiendo como una hija de puta incluso en verano. Y me gusta, me encanta, me pongo cachondísima cada vez que me pongo a escribir con la misma facilidad que como si bebiera un vaso de agua.

Este post es un pequeño paréntesis para decir que aunque a veces lo parezca, no me he vuelto loca. Al menos no más de lo que ya estaba. Y quiero aclarar algunas cosas, porque sé que últimamente sueno muy directa en lo que escribo y puedo dar miedo:

1. El motivo por el que escribo de forma tan intensa es porque vuelvo a escribir de verdad. A veces parezco eufórica, otras deprimida, pero ando de un intensismo que hace preguntarse a más de uno si no estaré excavando mi propia tumba. Nada más lejos de la realidad.

2. Lo que escribo no tiene por qué ser actual. De modo que no hace falta imaginarme con una soga de horca alrededor del cuello cada vez que publico, ni con una sobredosis de anfetaminas. De hecho estoy pensando publicar cosas que escribí hace meses y ahí están tranquilas, dormitando.

3. No siempre lo que escribo está relacionado conmigo y con mi estado de ánimo. Así podría ser durante mi adolescencia, pero veo lejos esa etapa. Ahora lo que escribo es mucho más rico, menos dependiente de mí. Hay cosas imaginadas, cosas que veo, que leo, que escucho...

4. Ésta es importante: el que escriba en primera persona no hace que sea yo la que hable.

Dicho ésto, seguiré vagabundeando con el fantasma de Frank. Saludos y feliz verano.

07 agosto, 2012

Grito egocéntricamente desesperado


Muchas son las noches en las que me siento a escribir.

Noches en las que, como hoy,

me asaltan recuerdos de un bar que ya no existe

donde iba a soñar a los quince.

Qué fácil era la vida entonces,

quedaba todo por hacer.

Siete años después,

fumo, bebo y me arrastro,

hago todo lo que dije que nunca iba a hacer.

He aprendido mucho,

pero no tanto como para no volver a caer.

Siempre se me exigió ser responsable

por parte de aquellos que nunca consigo lo fueron,

qué pasa si ahora soy yo la que no quiero,

qué pasa si soy yo la que no quiero.


Dicen que estoy sumida en una especie de locura,

y tal vez tengan razón,

pero si quiero navegar a la deriva

estoy en mi derecho.

Soy una persona adulta

aunque no sepa qué voy a hacer con mi vida

a los veintidós.

Sólo sé lo que no quiero,

lo cual ya es bastante más

de lo que he oído decir por ahí.

Pegan tirones de mi ser hacia todas partes,

sigue la senda elegida, sigue la senda correcta,

es lo mejor para ti.

Qué van a saber qué es lo mejor para mí

si ni siquiera me conocen.

Tal vez yo tampoco, pero hey,

estos ojos son mis ojos

esta boca es la que hay

y si quiero la pinto de rojo.

Si quiero me abro en canal

y cuezo mis despojos en una hoguera,

si quiero me abro las venas

y me desangro en la bañera.

No digo que lo vaya a hacer,

pero podría hacerlo si quisiera.


Cambio de parecer como de marca de cigarrillos,

lo único permanente en esta vida es el cambio,

lo único constante para unos pocos elegidos es crecer

manteniendo despierta la mirada de un niño.

Y mientras qué, mientras a fumar y a leer.

Sólo pido que si alguna vez cometo errores

sean los míos y no los de los demás.

Me quiero demasiado para volverme a perder,

pero si lo hago que sea por mi mano.


¿Es tanto pedir? ¿Es tanto rogar?

Que me dejen en paz,

que me dejen en paz,

que me dejen en paz.


Hacia lo salvaje

06 agosto, 2012

Hetairas contemporáneas

Aquella noche comprendí que la prostitución y el matrimonio no son tan diferentes,

puedes convertirte en propiedad de la otra persona […] y tu vida deja de tener valor.

-Diario de una ninfómana-


Hijas de un mundo que va demasiado deprisa,

van fugaces, al compás de la vorágine presente,

llevando las riendas de la realidad precisa

de los instantes cotidianos existentes.


Frías y educadas, astutas a la vez que ardientes,

dulces y amargas,

llenas de fuego y de escarcha,

danzan al son de los minutos silentes

que pasan desapercibidos para el resto de la gente.


Caminando con sus zapatos de tacón,

descalzas a veces,

perfumando las aceras y las ideas

de la revolución,

de los últimos hombres inteligentes.


Respetadas y temidas

provocan angustia, frustración,

pero también placer, emoción y pasión.

Qué son las noches sin sus lunas,

qué es el día sin su sol.


Reconocibles a veces por su belleza,

otras por su dulzura o su sensibilidad,

más siempre por su inteligencia.

Siempre de la mano de las artes y las ciencias.


Locas, pervertidas, exiliadas,

maltratadas, obstinadas, luchadoras

su sangre mancha todas las edades

a cada instante, a cada hora.

Existiendo desde el principio del tiempo

y distorsionándolo a placer

reducen los espacios,

potencian las ideas, alimentan los sueños,

dándole al más ciego la capacidad de ver.

En todas las épocas,

a veces gritando, otras en silencio

brujas, chamanas, hetairas, geishas,

cazadoras, cuentacuentos,

mujeres que a cada momento

modifican el transcurso de la historia

desde la minúscula magnificencia de sus cuerpos.


Gatos negros a los que hacer arder en las hogueras,

a los que destruir y someter

desde el sexo hasta el "sí quiero" para siempre,

y es que el hombre procura aniquilar todo aquello que no entiende,

lo que escapa a su control siempre es digno de la horca,

porque le provoca miedo

y miedo provoca todo aquello que es diferente.


Qué es una mujer sino la otra visión de la realidad humana,

la fémina, el caos, la luna, la oscuridad.

Pocas hetairas quedan en los tiempos presentes,

mujeres salvajes de necesidad,

pero siempre tienen alguna palabra, como Casandra,

para todo aquel que las quiera escuchar.


05 agosto, 2012

Desastre


El café se quema despacio

y sale a borbotones por la válvula de escape,

me atraganto con lo que guardo en la nevera

y voy rápidamente a quitarlo del fuego

sin protección, para quemarme.

Ha salido aguado y amargo

y tengo quemaduras de tercer grado en una mano.

Qué le voy a hacer, ya lo sabes,

sabes que soy un desastre.


Las pelusas se arremolinan en los rincones

se partió el mango de mi escoba,

tienen el tamaño de dragones

y más hambre que una loba.

Me van a devorar,

esperan su turno escuchando canciones

y cuando llegue el final

no quedará de mí más que mis pantalones.

Pálida y ojerosa, estoy para el arrastre.

Qué le voy a hacer, ya lo sabes,

sabes que soy un desastre.


Ya lo decía mi madre,

a la ensalada no se le echa tanto vinagre,

de tanta acidez me convertiré en una naranja

para hacerme zumo cuando por las noches tengas sed

y pierda la dulzura cuando descubra

que en un descuido,

se me ha caído un gato por la ventana.

Ni de mimbre ni de plata,

tengo el corazón de hojalata

y mis ideas son de alambre,

flexibles y moldeables

para que el día que se partan

pueda decir que al menos lo intenté,

que no soy corriente aunque dé calambre

y electrocute en un descuido al dios de los altares.

Qué le voy a hacer, ya lo sabes,

sabes que soy un desastre.


No me importaría que fueras tú

mi monstruo del armario

y que fueras mi guardián

ante las cosas que hacen daño.

Cuando crezcan los problemas

me esconderé en mi refugio

y cuando encienda la luz

ellos se habrán marchado

y sólo quedarás tú en la oscuridad.


Fui hija única hasta los diez,

eso es algo que me ha marcado,

por eso tengo tantas ganas de pasar sola el verano

y me lo notan hasta mis padres.

Me encerrarán bajo llave,

una chica no debe comportarse así,

en qué estarían pensando cuando dejaron sus libros a mi alcance,

ahora tengo ideas fértiles y peligrosas

como el polen de los estambres.

A lo mejor robo un banco y después de contar hasta mil

tiene que venir a sacarme un amigo de la cárcel.

No te sorprendas si algún día te llama la policía

para que vengas a buscarme.

Qué le voy a hacer, ya lo sabes,

sabes que soy un desastre.

.

Voy acabando mi café quemado,

hace días terminé el tabaco, hace eones,

y ahora tengo cafeína en vena para parar un tren.

No tengas miedo si descubres que me he marchado

tarde o temprano volveré

como los treinta grados del verano.


No me importaría que fueras tú

mi monstruo del armario

y que fueras mi guardián

ante las cosas que hacen daño.

Cuando crezcan los problemas

me esconderé en mi refugio

y cuando encienda la luz

ellos se habrán marchado

y sólo quedarás tú en la oscuridad.


Cuando nos polaricemos

y nos convirtamos en imanes

a lo mejor descubro que no quiero separarme de tu lado

y quizá harás bien en asustarte.

Qué le voy a hacer, ya lo sabes,

sabes que soy un desastre.


02 agosto, 2012

Con el cuento a otra parte


Suele ocurrir con frecuencia

que cada cierto tiempo abro los ojos

y me doy cuenta de que han pasado muchos años

desde la última vez que desperté

y que nuevas historias han dejado

su huella impresa en mi piel.


La confianza es algo que se pinta en los labios

para luego borrarse y desaparecer

tan rápido como ha venido.

Dímelo a mí, que a veces no puedo recorrer

mis propias calles sin temblar.


Los cuentos no decían la verdad.

Nunca me contaron que podían romperse los zapatitos de cristal,

que el príncipe se quedaba hasta más tarde de las doce

y que a esa misma hora corren los lobos por el bosque

buscando una caperucita a la que engañar.

Los cuentos no decían la verdad.

El príncipe no prefiere a la sirena, sino a la bruja del mar,

a veces un beso no basta para volver a despertar,

siete hombres juntos suelen ser siete desgracias,

el dolor de un amor no se cura sólo con la magia.


Una tarde miras a tu alrededor

y no ves más que colillas en el cenicero,

el olor del cadáver de una botella de vino ascendiendo hasta ti

y piensas: ¿cómo he llegado a esto?

Mil gatos te maúllan desde el comedor.


Nunca se me dieron bien los tipos malos,

yo era más del tímido de biblioteca,

pero siempre parecía causarle pánico

y nunca dejó nada escrito en mi libreta.

Terminaba en la cama con el equivocado, días después

el corazón destrozado y tres vodkas de más.


Los cuentos no decían la verdad.

Miles de manzanas venenosas esperan pacientes su oportunidad,

la rueca que no te duerme te matará por necesidad,

el cerdito violinista no tiene crédito para construir su hogar,

Gretel se queda con la bruja y se convierte en una prostituta.

Los cuentos no decían la verdad.

El ogro se come a Pulgarcito y se merienda a Jack con habichuelas,

Caperucita descubre que al cazador le pone, más que ella, su abuela,

Alicia es una egocéntrica y se pierde en el camino de vuelta,

en las Mil y una Noches, él termina matando a la princesa.


Por mucho que lo beses es un sapo, ¡es un sapo!,

déjalo en la charca y suspira con alivio,

puedes terminar siendo la Reina de los anfibios

y ese título no lo dan en la facultad.


Tantas aventuras por vivir,

soy como Thelma pero sin Louise,

como esa estrella fugaz que pasa por tu ventana

y que habrá acabado sus días en otro universo

hastiada de amor y de besos,

aunque eso sea cuando vuelva a despertar.

Y para entonces, tendré que esperarte mil años más.


01 agosto, 2012

I


Hoy es una noche como otra cualquiera,

una alarma se oye a lo lejos,

los gatos, más juntos que revueltos,

y yo mirando por el balcón

con más insomnio del que puedo soportar

haciéndome cosquillas en los párpados,

mientras espero la brisa sureña

que me ayude a dormir.


Mataría por una botella de ron.


El frigorífico lleno,

como de ideas mi cabeza,

pero hoy me quedo sin cena y sin poema.

La habitación tan en colapso de ropa,

tirada por el suelo, que no sé

si en esa cama cabremos yo y mi sueños.


Soy más fuerte con cerveza,

qué le vamos a hacer

si soy una chica de bar

esperando no sé qué en su casa,

sácame a bailar y veremos qué pasa,

si aguanto de pie toda la noche

o trastabillo por las escaleras borracha

pero feliz.


No sé por qué Dios no me hizo ebria

de primeras, hubiera sido más fácil.

Lo hizo conmigo todo tan mal como con todos.

Tampoco me puedo quejar.


A lo mejor encuentro una canción que no duela

en el repertorio imaginario que no tengo,

mientras me conformo con quemarme

las retinas con palabras que no me dicen nada.

Y, por favor, que continúen así.


Ya está, son las dos de la mañana,

y yo aquí diciendo barbaridades insulsas

en un salón que se cae a pedazos;

cómo pasa el tiempo, cómo pasa,

cómo pasa...