13 julio, 2012

La mujer como fenómeno mediático, iniciativas feministas y un aplauso para Alicia

Estoy haciendo últimamente muchos descubrimientos.

Uno de ellos me lo ha revelado un amigo, que se hace llamar Zan Wix, cuando me ha escuchado arremeter contra la naturaleza machista de los comentarios que se han vertido en cuanto al asunto de esa tipeja, Andrea Fabra, que nos ha gritado a todos que nos jodamos. Y mi cabreo no es porque no piense el comentario no sea desafortunado, cruel y además dicho en un lugar donde todos podamos oírlo; sino por la forma en la que cambian los acontecimientos al estar dicho por una mujer, que es cuando se abren las puertas del "todo vale" y he leído insultos desde "menuda zorra", "puta asquerosa" a "a esa le hacía yo un apaño para que se callase". Eso jamás ocurre si lo dice un hombre, el hecho de que una sarta de babosos/carroñeros, machistas al fin y al cabo, empiecen a valorar a una persona por su aspecto físico o hacer referencia explícita a su sexualidad sólo por haber hecho un comentario. Andrea será una cabrona y no tendrá ni pizca de empatía, además de ser una estúpida; pero el hecho de que hagan comentarios acerca de su naturaleza femenina no sólo me parece soez y fuera de lugar, sino que me ofende profundamente como mujer.
Ya pasó con las ministras de Zapatero. Con Chacón. Con Sara Carbonero. Ya pasaba con Clara Campoamor. Y mucho antes.

Una mujer abre la boca y ya hay un grupúsculo soltando barbaridades. Si no les resulta atractiva, ya la empiezan a valorarla por su aspecto. Si les resulta atractiva, también. Independientemente de si suelta una genialidad como si dice una burrada, ninguna mujer está a salvo de los comentarios machistas acerca de su condición de mujer en cuanto se hace notar con la palabra. Y esos insultos -así los considero- sobran. Sobran del todo.

... pero bueno, yo hoy no venía a soltar culebras por la boca, sino a enseñaros mi descubrimiento:

Se trata de Alicia, una mujer feminista que parece que comparte algunas de mis mismas calles. Además de tener un blog en el que habla de lo que le da la gana, ha comenzado una iniciativa feminista que se llama "El cazador cazado" en el que graba e increpa a los acosadores sexuales callejeros que se meten con ella, esos que se dedican a mirarnos como si estuviéramos allí puestas para ellos, o que empiezan a hacernos comentarios asquerosos.

Quiero presentaros unos vídeos, valientes y arriesgados, pero sobre todo cargados de razón.

Quiero que los veáis mientras me leéis.

El primero, una pequeña obra de arte en mi opinión, acerca del dilema que se nos presenta a todas las mujeres cuando volvemos a casa, solas, por la noche. Me siento terriblemente identificada:


Éste, un caso típico de agresión sexual, tan extendida en nuestras calles, no tiene desperdicio -y la coletilla final, fantástica, se nota que su marido es un tío también estupendo:


Éste podría haberlo hecho yo porque he pensado mil veces lo mismo. La diferencia entre un piropo y una agresión verbal:


La reflexión final del vídeo, muy importante:


El caso del asesor de moda, el agresor sexual encubierto:


El caso del jubilado con rayos X:


Y el último hasta ahora que tiene, pero el más curioso:



Chicas del mundo, ¿nos apuntamos?

Un aplauso para Alicia y gracias a Zan Wix por descubrírmela :)

6 comentarios:

Unknown dijo...

Es cierto. Descalificar a alguien suele estar feo, pero hacerlo por su género es una de las cosas más zafias que se han visto bajo la tierra.

Anónimo dijo...

Fernando Aramburu, colaborador de El Mundo, escribe en su blog, sobre una presentación de su libro:
"Me flanquearon hembras a la mesa. Estaba, pues, como en casa. Es que congenio con el rebaño cuando es bello y huele bien".

Elvira dijo...

No sé, Anónimo, por qué no me sorprende... Ya sabemos de qué tipo de gente está lleno El (in)Mundo...

LUR dijo...

TE LO DEJO EN DOS PARTES QUE PARECE QUE ME HE PASADO DE CARACTERES :).


Yo sobre el tema del fatídico incidente de El Congreso, ya te comenté ayer en otro post que estaba flipada con las reacciones, y no quiero ser reiterativa, me parece tan deplorable lo de la tipa del escaño pepero, como los que hacen estas manifestaciones machistas y violentas.
Pero sobre el proyecto de Alicia, sí quería comentar que, la iniciativa me parece buena, creo que las mujeres no debemos consentir estas prácticas ancestrales y, que ya es hora de que las vayan olvidando los hombres, que deben aprender que el respeto no se demuestra poniendo en un texto ellas/os, @ ó x para no poner géneros, sino con hechos. Pero el método no me parece el adecuado. Me explico:
Si lo que se pretende es enseñar al sector femenino de la sociedad que no hay que tener miedo a enfrentarse con los hombres que realizan estas prácticas y al sector masculino que no se crea que ya está tan protegido de hacerlas impunemente, eso se puede hacer perfectamente desde el respeto a la intimidad. Porque, además de ser ilegal trasgredir esa intimidad, estás actuando igual que ellos, y creo que eso no es una buena praxis, es criticar un sistema y practicarlo a la vez. Y con ello me refiero a grabar a la gente sin permiso y hacer público el vídeo, de la misma manera, dando a conocer alegremente identidades. Pienso que para mostrarle al mundo algo que no se debe hacer, al sujeto se le puede tapar la cara y/o distorsionar su voz. Si pides respeto para tu condición de mujer, debes empezar por respetar su condición de persona anónima.
Porque yo, me pongo en el lugar de una hija de esos tíos entrando al trabajo o en el mercado (el sitio es lo de menos), y que todo cristo te señale como la hija de… O una nieta adolescente a la que sus compis de clase se descojonen porque han visto a su abuelo en internet en esas tesituras, y vamos, para empezar demanda en el juzgado le cae, y por supuesto la llevo hasta sus últimas consecuencias.

LUR dijo...

SEGUNDA PARTE:


Eso no se puede hacer así, si quieres luchar contra algo, has de hacerlo desde el respeto y la legalidad, no montando un circo en internet. ¡Ojo!, que me parece bien que se denuncie públicamente, pero para que sepamos lo que se pretende y aprendamos de ello, no hay que poner en evidencia, no al acosador, que igual se lo tiene merecido, pero sí a sus familias que ni miran, ni dicen y son ajenas a los comportamientos, pero sufren sus consecuencias. Tenemos que tener en cuenta que vivimos en sociedad y que se le puede hacer mucho daño a terceros que no tienen nada que ver.
Y sobre todo, hay que ser totalmente rigurosos en lo que hacemos si queremos que el mundo nos tome en serio, realizar un trabajo con calidad, en el que se demuestre empíricamente que lo que denuncias es cierto, porque aunque todas sepamos que pasa y ninguna dudemos de Alicia, si lo vas a demostrar al mundo para conseguir erradicarlo, hay que argumentar fehacientemente, no vale todo, aunque sea una realidad latente desde tiempos inmemoriales. Y esto lo digo, con el conocimiento de causa de cómo son tomados por la sociedad los temas feministas, precisamente, porque muchas de ellas no han actuado con la rigurosidad suficiente, y eso es lo que ha dado pie a tratarnos a todas como unas histéricas conspiranoicas.
Y ya puestos a ser puristas, también me parece un gesto machista la manifestación del marido de esta chica, me parece que está fuera de lugar el aparecer en un vídeo donde se denuncian las actitudes machistas, para aclarar que a ti no te usan sexualmente porque estés casado con una feminista si tú no quieres, porque eso ya se supone de antemano si tu pareja lo que pretende con ese trabajo es denunciar, precisamente, ese tipo de comportamiento en los hombres ¿no?, sería incongruente que lo practicara al revés.
Eso lo hizo para demostrar ¿qué?, que su pundonor de macho se ha sentido herido porque a tu chica dos tíos, a los que ella previamente pone de descerebrados machistas, le han dicho públicamente que “se te folla cuando quiere”.
Creo que no se le debería haber dado ni un ápice de relevancia al comentario, y menos que saliera un hombre a justificarlo en el propio vídeo.
Pues eso… Que aplaudo la iniciativa de Alicia, pero no me sumo, ni apunto a su método de estudio para la realización del proyecto.

Elvira dijo...

Hola LUR, bienvenida de nuevo :)

Es cierto que el método es algo violento, pero la verdad es que entiendo que después de muchos años sufriendo este tipo de ataques haya dicho "basta" y se haya lanzado no sólo a contestarles sino además a grabarlos.

La sociedad es muy permisiva con ciertos tipos de comportamientos que las mujeres sufrimos a diario y éste es un magnífico ejemplo. Alicia ha pegado un puñetazo en la mesa, lo que se dice, y se ha propuesto hacérselo pasar tan mal a ellos como ellos nos lo hacen pasar a nosotras. Quizá el método es agresivo, pero de no ser porque se ha molestado en grabarlo e irlo analizando, probablemente muchas de nosotras no repararíamos ni en el comportamiento de los hombres, ni sabríamos cómo afrontarlo, ni lo veríamos como algo grave. Y grave es. Es grave no poder ponerte una falda porque vas a salir con tus amigas y no con tus amigos, por ejemplo. Es grave vivir condicionada por el sexismo y lo peor es que, al contrario que otros tipos de odio, está tan arraigado en nuestra cultura que ni nos damos cuenta que no tenemos por qué aguantarlo.

Me parece una buena forma de animar a las mujeres desde luego a no callarse la próxima vez que un tío nos trate de esa forma. No se trata de grabarlos a todos, se trata más bien de ir generando conciencia a base de desplantes y de no callarnos más cuando un tío se comporte así -o tía, lo que pasa es que personalmente, a mí ninguna lesbiana me ha hecho tal cosa-.

Yo tal vez no hubiera mostrado la cara de las personas, en eso estoy contigo, sobre todo por el tema legal y porque si se dan cuenta de que los estás grabando directamente a la cara, se cortan, con lo que es menos efectivo.

Lo del marido personalmente me parece añadirle un toque de humor al asunto, no le he sacado tanta punta.

De todos modos tu aportación me parece interesante y esta iniciativa, como todo en la vida, es mejorable.

Pero vamos, el poder ver en un vídeo cómo Alicia los deja en evidencia con tanta facilidad... se me escaparon varias sonrisas al saber de una forma tan clara que por fin hay cosas que pueden cambiar.